No tiene masa ni ubicación. No es energía. Pero está vivo. Y da vida. Tales son las características de una “unidad otorgadora de vida”, la fuente no sólo de todo pensamiento, sino también de todo lo que es decente, ético y noble. De hecho, eso eres tú. Estos principios, entendidos y puestos en práctica por un único individuo, llevan a una vida mucho mejor. Puestos en práctica por todos, llevarían a un mundo mucho mejor.
Leer MásSi el mundo a su alrededor es malo, entonces él no está dispuesto a otorgar vida. Si concibe que el mundo a su alrededor es bueno, está dispuesto a otorgarle vida. Un mundo al que se le otorga vida marcha bien. Un mundo al que no se le otorga vida cae en el caos y desaparece. Ahora bien, éste es el enigma de los siglos.
– L. Ronald Hubbard
No tiene masa ni ubicación. No es energía. Pero está vivo. Y da vida.
Tales son las características de una “unidad otorgadora de vida”, la fuente no sólo de todo pensamiento, sino también de todo lo que es decente, ético y noble. De hecho, eso eres tú.
El descubrimiento de que todo individuo es, de hecho, una fuente de vida cambia radicalmente la relación entre el Hombre y el universo material. Basado no en la fe o la convicción, sino en axiomas tan precisos y funcionales como cualquier ciencia, se ha determinado de manera concluyente que la unidad otorgadora de vida precedió a materia, energía, espacio y tiempo. Desde ese marco de referencia, aquí están las maneras infinitas en que un individuo dota a su propio entorno de vida. Desde el bienestar físico hasta el estado de la civilización, estos principios están en funcionamiento de forma continua; cada hora, cada día. Entendidos y puestos en práctica por un único individuo, llevan a una vida mucho mejor. Puestos en práctica por todos, llevarían a un mundo mucho mejor.