Editorial de L. Ronald Hubbard, Autor de Éxitos Editoriales Internacionales del New York Times

Curso de Doctorado de Filadelfia

Curso de Doctorado de Filadelfia

Curso de Doctorado de Filadelfia

Esta renombrada serie se yergue como el conjunto más grande de trabajo sobre la anatomía, el comportamiento y las potencialidades del espíritu del Hombre que jamás se haya reunido, proporcionando los fundamentos en que se basa la ruta hacia Thetán Operante. Aquí se encuentran con todo detalle la relación del thetán con la creación, el mantenimiento y la destrucción de universos.Tan solo en lo que a eso se refiere, aquí está la anatomía de la materia, la energía, el espacio y el tiempo, y del postular la existencia de universos. Aquí está también la caída del thetán desde las capacidades de la línea temporal completa, y las leyes universales por las cuales se restauran. En resumen, aquí está la sistematización de L. Ronald Hubbard de los niveles más altos del beingness y el comportamiento de theta. Conferencia tras conferencia expande por completo cada concepto del libro de texto,Scientology 8-8008, proporcionando la esfera total de ti en el estado innato. Incluye las reproducciones adjuntas de los diagramas originales de las conferencias hechas a mano por LRH.

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“¿Qué puede hacer un thetán? Ahora, diremos un Theta Clear hecho Clear. No podrías anotar semejante meta, porque ése es el absoluto inalcanzable y extremo que se ha postulado. Probablemente cualquier cosa que entendamos que es, probablemente ya sea alcanzable, ¿pero cuál es el límite más extremo de eso? Sabe Dios. Yo no tengo ni idea, y ustedes tampoco la tienen”.– L. Ronald Hubbard

A través de la historia, el misticismo, la filosofía y la religión han postulado la existencia del alma o espíritu humanos. En el pensamiento oriental, un individuo trabajaba para alcanzar un estado de iluminación personal, liberado del mundo material. El cristianismo en sí se basaba en la esperanza de que el espíritu del hombre podría trascender la muerte.

Sin embargo, a pesar de las teorías y la esperanza del Hombre, no tenía prueba alguna. Y en nuestra época moderna, en la que la racionalidad de la ciencia cobró preeminencia, se cuestionó la propia existencia del alma. Después de todo, nadie la había visto, ni había medido sus dimensiones ni controlado su producción de energía.

Y por tanto el Hombre dudaba. Y el espíritu humano se convirtió en una cosa de superstición, de misticismo, de fe. Y los nuevos sacerdotes del materialismo podían dictar que las esperanzas, los sueños, la creatividad y la ética del hombre eran simplemente el producto de interacciones químicas en el cerebro.

Fue en este mundo en el que entró L. Ronald Hubbard, y no a la ligera.

Formado en el espiritualismo de oriente y el inflexible sentido práctico de occidente, se dedicó a temprana edad a descubrir la verdad de lo que el hombre era realmente... sin importar cuál pudiera ser esa verdad.

Su incesante investigación en Dianética había desentrañado al fin los secretos de la mente humana. El fenómeno de los cuadros de imagen mental y su impacto oculto en el hombre había quedado probado y documentado en caso tras caso. Sin embargo, todavía quedaban preguntas, piezas del rompecabezas que no encajaban en el panorama general.

Por ejemplo, en la búsqueda de incidentes aberrativos, los preclears a veces se metían en vidas pasadas. Y, quizás aún más sorprendente, las aberraciones se resolvían entonces con resultados dramáticos y rápidos.

En su emblemático libro de 1951, La Ciencia de la Supervivencia, L. Ronald Hubbard postuló una fuerza vital, que designó con la letra griega theta, como un tipo de energía diferente del universo físico de la materia, la energía, el espacio y el tiempo, o MEST. A continuación de esto, empezó una investigación intensiva sobre la naturaleza y las potencialidades exactas de esta fuerza vital, no por medio de la creencia o la fe, sino por medio de la inducción científica estricta. El señor Hubbard dijo de esta búsqueda:

“Estamos estudiando el espíritu. Estamos estudiándolo como tal. No estamos intentando usar este estudio para realzar algún otro estudio o creencia”.

Fue esencial para su investigación encontrar una manera de medir cuantitativamente los fenómenos mentales y espirituales, lo cual sólo se hizo posible con el desarrollo que efectuó del primer electropsicómetro, o E-Metro, un instrumento lo suficientemente sensible para detectar fluctuaciones minúsculas en la resistencia causadas por cuadros de imagen mental. Armado con esta herramienta de investigación, empezó a seguir la pista a la más elusiva de las entidades, el espíritu del Hombre. Más adelante señaló:

En cuanto se utilizó este instrumento para resolver el problema, el problema dejó de existir. Sumando y verificando las probabilidades en un gran número de personas, se pudo hacer el mapa del carácter, extensión y contenido de la línea temporal completa”.

Esta investigación reveló que tanto la edad como las potencialidades del espíritu se habían subestimado en gran medida… como se habían subestimado la complejidad y malignidad de los incidentes que habían aberrado y atrapado al ser en un cuerpo. Extendiéndose a billones de años atrás el recuerdo de la línea temporal completa, la cantidad de incidentes aberrativos que recorrer pasó a ser del orden de muchos miles de millones. Intentar tratarlos con recorrido de engramas de Dianética sería un trabajo desalentador. Así que Ronald empezó a mirar el problema desde una perspectiva diferente: ¿Por qué tales facsímiles se adhieren a un ser espiritual en primer lugar? ¿Podrían separarse las partes del hombre que se habían aislado, espíritu, mente, cuerpo, unas de otras?

Las pruebas revelaron que la separación del espíritu del cuerpo era un proceso sorprendentemente simple. Se podía lograr, en alrededor de 50 por ciento de los casos, con la orden precisa de “Ponte a un metro detrás de tu cabeza”.

Con esto, en un momento trascendental, L. Ronald Hubbard aisló al espíritu humano, no como entidad o fuerza separada del individuo, no como “alma” que uno “mandaba al cielo”, sino como la personalidad y el beingness que en realidad es el individuo y que es consciente de ser consciente.Encontró que este ser theta, o thetán, “es inmortal y tiene aptitudes que exceden con mucho a las que hasta ahora se habían predicho para el hombre”.

Al exteriorizar al thetán del cuerpo, la meta de la religión que durante tanto tiempo se había buscado, la existencia espiritual independiente del cuerpo, se había logrado, en forma racional y sistemática.

Este estado exteriorizado, sin embargo, demostró ser inestable, ya que los factores que aberraron al ser todavía estaban ahí para atraparlo. En las Conferencias de Londres (La Fuente de la Energía Vital), en noviembre de 1952, L. Ronald Hubbard les dijo a los estudiantes:

“Han estado en ese estado muchas veces y no saben lo suficiente para continuar en ese estado. No pensaban que era posible. Pensaban que debían tener un cuerpo. Pensaban que tenían que tener esto. En otras palabras, todo esto estaba lleno de trampas”.

Lo que se necesitaba era un thetán que supiera lo suficiente para manejar los problemas del universo MEST, que supiera lo suficiente acerca de los universos para manejar y proteger el suyo propio, y que supiera lo suficiente acerca de la línea temporal y de lo que sucede en el universo MEST como para que no le pudiera suceder de nuevo.

En resumen, un Thetán Operante.

El pasar de Homo sapiens al estado de Thetán Operante, u OT, requería una base firme de conocimiento: tanto de las capacidades espirituales de uno mismo como de la anatomía del entrampamiento.

En consecuencia, a finales de 1952, el señor Hubbard comenzó los preparativos para un curso completo, que comenzó en Filadelfia el uno de diciembre de 1952.

En su carta a la Fundación Hubbard de Filadelfia, se proponía cumplir con un horario extenso de conferencias, para abarcar la amplitud y alcance de este material, hasta 5 conferencias diarias en un total de 45 horas de conferencias y demostraciones. De hecho, incluso sobrepasó esto con creces, impartiendo un total de 62 conferencias durante un lapso de 18 días, con 14 conferencias adicionales impartidas en Londres en el siguiente enero.

Como libro de texto para el curso, L. Ronald Hubbard escribió Scientology 8-8008.Los números en el título resumían su meta:

“La definición original de Scientology 8-8008 era la obtención del infinito(8) mediante la reducción del infinito (8) y el poder aparentes del universo MEST a un cero (0) para uno mismo, y el aumento del cero (0) aparente del propio universo a un infinito (8) para uno mismo. ...Puede verse que el símbolo del infinito colocado verticalmente representa el número ocho. Por lo tanto, Scientology 8-8008 no es sólo otro número, sino que sirve para fijar en la mente del individuo una ruta mediante la cual puede rehabilitarse a sí mismo, sus aptitudes, su ética y sus metas”.

Sabiendo que la información que estaba a punto de entregar necesitaría diseminarse desde Filadelfia al resto del mundo, rápidamente y sin simplificación ni alteración, también dispuso que las conferencias se grabaran de manera profesional. Uno de los estudiantes de la Fundación de Filadelfia era también ingeniero de grabación, y prestó lo que era en aquel entonces la vanguardia en grabadoras y micrófonos para hacer lo que serían las primeras cintas de alta fidelidad jamás hechas de sus conferencias.

Todo culminó el 1 de diciembre de 1952, cuando el señor Hubbard llegó a Filadelfia, con la primera copia del manuscrito de Scientology 8-8008 en la mano. Los treinta y ocho estudiantes seleccionados se apiñaron con impaciencia en la sala de curso de la de las oficinas de la Fundación, en el 237 de la calle North 16th en el centro de Filadelfia Como recuerda un estudiante: “Ninguno de nosotros, incluso los que le habíamos escuchado dar conferencias muchas veces en Wichita y Phoenix, estábamos preparados para la fantástica pirotecnia de las noches”.

En el discurso de apertura, L. Ronald Hubbard les dijo:

“No creo que este tema se haya enseñando nunca antes en la Tierra. Aquí se han enseñado algunos temas disparatados… pero ningún tema tan disparatado como éste”.

Y por tanto, el señor Hubbard procedió a exponer, en detalle, los resultados de su investigación sobre la naturaleza, capacidades, potencialidades y facultades del thetán.

El alcance de este material era vasto, abarcando la gama completa de la actividad humana y espiritual. Describió en detalle la relación entre un thetán con un cuerpo y cómo controla y dirige un thetán exactamente un cuerpo usando flujos de energía y controles motores. Pero aún más fundamental, explicó por qué un thetán tiene un cuerpo en primer lugar, y cómo, paso a paso, al espíritu le atrajo y le interesó un cuerpo, y finalmente se volvió dependiente de él.

En conferencia tras conferencia, detalló la relación del thetán con el universo material de materia, energía, espacio y tiempo, mientras además daba a conocer una escala de gradiente de beingness, desde el estado más bajo de estar completamente de acuerdo con el universo MEST, y controlado por él, a los estados más elevados donde un ser crea su propio universo.

Para el final del curso, se habían impartido un total de 62 conferencias, cada una con una duración de una hora, con un total de 54 diagramas para acompañarlas, dibujadas a mano durante el transcurso de estas conferencias. El mes siguiente se impartieron en Londres otras 14 conferencias suplementarias, haciendo un total de 76 conferencias, un conjunto monumental de conocimientos acerca del potencial pleno de un thetán.

El Curso de Doctorado de Filadelfia y su libro de texto, Scientology 8-8008, siguen siendo hoy en día el mayor conjunto de trabajo acerca de la identidad, el carácter y las potencialidades del espíritu humano que jamás se haya reunido. L. Ronald Hubbard dedicaría los treinta y cuatro años siguientes al desarrollo completo de El Puente a la Libertad Total, proporcionando la ruta, paso a paso, que cualquiera podría recorrer hasta alcanzar sus potenciales espirituales completos descritos en este curso: Thetán Operante.

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