Culminando cinco años de avance firme, la Iglesia Fundacional de Scientology se había establecido en Washington, D. C. Convocando a los scientologists al primer Congreso Internacional en la capital de la nación, L. Ronald Hubbard comenzó con la conferencia, La Esperanza del Hombre.Y el título era más que adecuado. Porque lo que presentó eran los resultados de la tecnología que avanzaba... resultados que sólo podían describirse con exactitud con una sola palabra: milagros.De naturaleza física, niños sordos que oyen de repente, niños lisiados que arrojan sus muletas y visión recuperada y quitándose las gafas... y todo esto se realizó exclusivamente abordando al thetán. Inherente al éxito había un descubrimiento sensacional que explicaba los factores de autodeterminismo, y los medios para restaurarlo en un individuo. Y las implicaciones de ese descubrimiento fueron de una naturaleza totalmente épica. El señor Hubbard no sólo siguió la pista a la historia de todas las religiones del pasado, pero también reveló cómo cada uno de sus esperados sueños se podían lograr ahora.Aquí está, entonces, el Congreso para ser contemplado como una línea divisoria en la historia; el advenimiento de Scientology como la primera religión práctica del mundo.
Leer MásUn scientologist puede ayudar a que un individuo se ponga bien, sea feliz y se le otorgue inmortalidad, simplemente dirigiéndose al espíritu humano.
Podría decirse con Scientology que hemos entrado en la Segunda Era de los Milagros. – L. Ronald Hubbard
Detrás de esas palabras, escritas en la primavera de 1955, se encontraba un avance sensacional que siempre se conocerá como un momento decisivo para la humanidad.
Tal era el motivo por el que L. Ronald Hubbard reunió a los scientologists en el hotel Shoreham para el primer congreso internacional que se llevó a cabo en Washington, D. C. La recién fundada Iglesia Fundacional de Scientology estaba a unas pocas manzanas de distancia, mientras que los asistentes procedían de lugares lejanos como Australia y Sudáfrica. Lo que significa que el escenario estaba verdaderamente montado el 3 de junio cuando el señor Hubbard se puso en pie para impartir la conferencia de apertura ya legendaria: “La Esperanza del Hombre”.
Y existía una buena causa para ese título. Porque, como lo relató , el tema ya había trascendido a Dianética y su enfoque muy exacto y analítico a los problemas de la mente, y había llegado a Scientology, tema de amplitud general, abordando directamente el espíritu:
“Reconocimos que el hombre era básicamente una máquina sólo en lo que a su cuerpo se refería, que el hombre por lo demás era una entidad espiritual que no tenía una supervivencia finita. Tenía, esta entidad, una supervivencia infinita.
“Uno de los principios básicos, entiendan esto, de Dianética era la supervivencia: El Principio Básico de la Existencia es la Supervivencia. Y eso sólo es verdad para el cuerpo. Un espíritu no puede evitar sobrevivir, ya sea en el Cielo, en el Infierno o en la Tierra”.
Sin embargo, el motivo para la celebración eran noticias de gran relevancia. Pues con la llegada de Scientology, el asunto también había entrado firmemente en el ámbito de la religión.En ese sentido, los avances que se lograron en la tecnología para el verano de 1955, no fueron ni más ni menos que el sueño de cualquier religión durante siglos. Y ésa no era ninguna exageración. Porque, como prueba estaban los últimos resultados que el señor Hubbard logró; resultados que sólo podían describirse con exactitud con una sola palabra: milagros.
Como testimonio había varios cientos de historias de casos en los archivos de la Asociación Hubbard de Scientologists en Phoenix: niños sordos que de repente oían; niños lisiados que tiraban sus muletas; ciegos que recuperaban la vista y un barril lleno de gafas que ya no eran necesarias. Pero lo más asombroso de todo fue el hecho de que esos “resultados milagrosos” no dependían en modo alguno de ninguna forma de terapia física, ni la incluían. De hecho, abordando exclusivamente al thetán, ahora se podía resolver el abanico completo de las enfermedades, aberraciones e incapacidades humanas.
Además, durante estas quince conferencias y sesiones de procesamiento de grupo, desveló el descubrimiento que no sólo hizo posible este logro, sino cómo cada scientologist podía aplicarlo. Aquí están, entonces las conferencias de L. Ronald Hubbard que definieron lo que significa liberar al espíritu humano que, a su vez, fijaron el curso de toda la investigación futura en el desarrollo de la tecnología que construyó El Puente a la Libertad que hoy tenemos.
Y en cuanto a la importancia de lo que éstas significaron en el inmenso y épico drama de la existencia humana, no fue ni más ni menos que estas inmortales palabras de L. Ronald Hubbard:
“Es algo fantástico que hoy en día, en este siglo XX, miles de años de creencias en el campo de la religión se hayan materializado en una realidad que el individuo promedio puede poner en práctica con bastante facilidad. Por fin hemos llevado este material a la categoría de ser ‘práctico’. El material más antiguo que el Hombre ha tenido (la esperanza, el espíritu) ha llegado a la culminación de ser intensamente práctico”.
Estamos orgullosos de presentar el Congreso de la Anatomía del Espíritu del Hombre.