Editorial de L. Ronald Hubbard, Autor de Éxitos Editoriales Internacionales del New York Times

Congreso de la Anatomía de la Mente Humana

Congreso de la Anatomía de la Mente Humana

Congreso de la Anatomía de la Mente Humana

Con nuevos avances sensacionales para llegar a cualquier caso, L. Ronald Hubbard estaba listo para “accionar el interruptor” de la expansión planetaria. Y aquí es donde conectó ese interruptor: con un curso nuevo para presentar los fundamentos de Dianética y Scientology de una forma totalmente nueva. Vino de la simple premisa: Aunque uno puede demostrar reacciones químicas o el funcionamiento de las máquinas, ¿cómo demuestra las partes y los fenómenos de la mente y el espíritu humanos? El señor Hubbard proporciona la respuesta, y muestra cómo hacerlo en el Curso de Anatomía de la Mente Humana. Así que aquí tenemos su demostración en el escenario de las “Cosas de Scientology”, cada una tan sólida y tan real como cualquier cosa en las ciencias físicas. Como él explicara adicionalmente, ningún campo anterior de la mente pudo demostrar jamás tales cosas, pues sólo eran un “pensar-pensar”. Bueno, aquí no hay nada de eso. Pues esas conferencias vitales incluyen las demostraciones más llenas de color y vida de todos los congresos, desde tubos de ensayo hasta electricidad estática, cráneos y cerebros, todo ello para demostrar lo que la mente es y lo que no es. Además, aquí están los medios para que todo scientologist demuestre a la gente que son seres espirituales, lo que es en realidad la mente y que Scientology puede ayudarlos. Y ahora sabes por qué, al preguntar a los asistentes: “¿Adónde vamos a partir de aquí?” L. Ronald Hubbard dio la respuesta: “Vamos a llegar hasta el final”. Pues ya se habían abierto las puertas para llevar la comprensión a todos.

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Me temo que la realidad de esto estará encima de nosotros demasiado pronto. Están a punto de heredar este planeta, les guste o no. Sólo puedo confiar en que estén en una forma bastante buena para que les guste. – L. Ronald Hubbard

Como el señor Hubbard iba a anunciar, había llegado la hora para que hiciera lo que había planeado durante diez años: abrir las puertas de entrada para torrentes de público muy nuevo. Fue una decisión que tenía todo que ver con los avances técnicos del año anterior. Como dijo a los asistentes del Congreso:

“No es el llevar casos a Clear lo que nos ha detenido. Es el comenzarlos lo que nos ha detenido. Hacer que los casos comiencen. Si hacemos que comiencen, podemos llevarlos a Clear. Hacer que comiencen y tengan ganancias estables, ese ha sido nuestro problema. Y en la actualidad podemos limpiarlos a todos rápidamente”.

Después de años de investigación, ya había desarrollado procesos para llegar hasta cualquier caso, y la tecnología para hacer que avanzaran hasta Clear. Sólo quedaba una barrera: hacer que el preclear entrara en sesión de manera que la tecnología se pudiera aplicar.Ése era su enfoque primario en 1960. Y lo que abordaba tenía todo que ver con la propia definición de “en sesión”: interesado en su propio caso y dispuesto a hablarle al auditor.Así que llegó al asombroso descubrimiento de que algunos preclears no tenían interés en su propio caso. Y sin eso, ¡no era siquiera posible ninguna ganancia de caso! Al investigar más, aisló cuatro factores que impedían el “interés” y de manera más significativa, el factor de ayuda.De hecho, no estaban interesados en manejar su propio caso porque ni siquiera creían que la ayuda fuera posible.

Momento en el cual, el señor Hubbard hizo el descubrimiento de “comenzar los casos” con los desarrollos de los procesos de presesión, así llamados porque manejaban los factores necesarios para que una sesión siquiera comenzara... de ahí, pre sesión.

Publicándolos para su uso inmediato en la diseminación (Congreso de Londres sobre Diseminación y Ayuda), comenzó a continuación un nuevo curso, el Primer Curso Clínico Avanzado de Saint Hill para enseñar a los auditores su uso completo en la auditación. Porque además de hacer que la gente nueva subiera a interés y comenzara su primera auditación, esos factores de la presesión eran vitales para el caso de todo scientologist:

“Bien. En algún momento del mes de octubre de 1960, me di cuenta del hecho de que lo teníamos dominado. El Primer Curso Clínico Avanzado de Saint Hill estaba haciendo avanzar más casos en masa, de los que nunca habían avanzado antes durante años de procesamiento. Había algunos de esos casos que nunca se habían movido bajo procesamiento, y los hicimos moverse. Lo teníamos dominado, justo ahí mismo”.

Todo lo cual explica lo que L. Ronald Hubbard llevó a este congreso. Porque si en los diez años anteriores se había concentrado en el desarrollo técnico para hacer que este logro fuera posible, ahora era el momento de dar el siguiente paso inevitable. Como Ronald explicó:

“Ahora es seguro abrir esa puerta principal. Acéptenlos a todos, acéptenlos a todos”.

Lo que es más, sabía exactamente cómo lo haría. Porque combinando todos sus años de desarrollo, incluyendo todos los factores que impedían la ganancia de caso, desarrolló un curso totalmente nuevo que ejemplificó el propio distintivo de Dianética y Scientology:

“Lo que hemos hecho que es espectacular es hacer un absoluto avance sensacional en el campo de la mente humana, tomando el carácter predecible y práctico de las ciencias físicas y trasladándolas a las humanidades. Y eso es lo que ha sucedido en Dianética y Scientology”.

Y ahí también radica la esencia de lo que él presentó como el Curso de la Anatomía de la Mente Humana.Su premisa era obvia. Si grandes cantidades de la población pensaban evidentemente que no era posible la ayuda, se debía en no poca medida al hecho de que “el mundo de la mente” siempre había pertenecido al “pensar-pensar” de la filosofía.

Sin embargo, como el señor Hubbard presentó a continuación, había 20 “Cosas” en Dianética y Scientology que eran tan “sólidas como los tubos de ensayo” y que se podían mostrar y demostrar en el universo físico.

Así comenzó uno de los Congresos más coloridos de la historia. Porque si el hotel Shoreham ya había visto todo, desde Procesamiento de Grupo hasta los TR de Instrucción Superior, aquí teníamos entonces tubos de ensayo bullendo, cráneos de plástico, marionetas, cerebros, ¡e incluso incendios!

Pero en forma más centrada en esto, habiendo desarrollado la tecnología para hacer Clears, L. Ronald Hubbard ahora puso en manos de todo scientologist los medios más simples imaginables para producir una consciencia en todos los seres que todavía no estaban en el camino. Y ahí radicaba la esencia de estas palabras:

“¿Hasta dónde vamos a llegar ahora?

“Bueno, se los puedo decir con franqueza, vamos a llegar hasta el final”.

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